
Entrevista realizada a D. Juan Antonio Rubio Sánchez, Terapeuta del Alma.
- ¿Existen las vidas pasadas?
Sí y no. La personalidad, el ego, muere cuando muere el cuerpo. El alma sigue viviendo aunque el cuerpo haya muerto. A veces a la mente llegan imágenes y sensaciones que parecen haber sido vividas con otros cuerpos, en otras vidas. Sin embargo, el alma tiene la sensación de continuidad, la sensación de que vive una vida muy larga en el tiempo. Así que en realidad sólo existe una vida que es la vida del alma, que utiliza diversos cuerpos para tener experiencias diferentes. Para el alma todo está ocurriendo ahora; lo no resuelto de una experiencia, que tal vez empezó en el siglo XV o mucho antes, sigue estando aquí sin resolver.
- ¿Por qué no recordamos nuestras vidas pasadas?
El alma vive experiencias muy diferentes. Cada vida es como la representación de una obra. Para que la persona pueda interpretar bien su personaje es necesario que pueda concentrarse en lo que está viviendo en ese momento. Cuando el alma toma un nuevo cuerpo olvida las experiencias anteriores. El olvido es una cuestión práctica; para que no se mezclen los diálogos de varios personajes. Y para poder estrenar cada día, viviéndolo como nuevo, único y verdadero. A veces se filtra algo que no está resuelto y entonces es necesario reubicarlo bien.
- ¿Qué utilidad tiene recordar nuestras vidas pasadas?
En realidad tener recuerdos de épocas remotas, percibirnos con ropas y en situaciones exóticas, representando otros papeles, puede servirnos de entretenimiento, como cuando vemos una película. La solución no es recordar, sino revivir. O mejor dicho, en vivir plenamente lo que no se vivió de forma completa. La experiencia que quedó incompleta porque la persona retiró su conciencia, ha de ser completada, vivida conscientemente hasta su finalización. Y esto implica sentir y expresar con el cuerpo la carga emocional de la experiencia. Por eso algunas terapias en las que sólo se pretende recordar no dan resultado.
- ¿Para qué sirve saber quién fui?
No se trata de saber quien fuiste, sino de saber quien eres. Porque tú has sido y eres siempre tú mismo. Lo que cambia es el personaje que interpretas. Así el actor se enriquece con lo que aprende en cada personaje. No es que tú seas aquel o aquella; tú siempre eres tú, lo único que pasa es que no recuerdas todo lo vivido. Cuando la persona experimenta la muerte del cuerpo en una vida pasada y siente que el alma continúa viva, el miedo a la muerte desaparece y se instala en su lugar la sensación de continuidad.
- ¿Con todos los problemas que tenemos en esta vida, para qué puede servir revivir otras vidas?
Algunos de los problemas que tenemos en esta vida, y que no acabamos de resolver, están originados en experiencias muy distantes, en experiencias de otras vidas. Muchos miedos irracionales, algunas atracciones y repulsiones personales, y otras sensaciones y experiencias extrañas parecen no tener su origen en nuestra vida actual. A veces tenemos la impresión de estar bloqueados en el mismo punto. La terapia permite aumentar nuestros recursos trayendo al presente la energía y la conciencia que quedaron bloqueadas en experiencias pasadas.
- ¿Cómo es posible ir a una vida pasada?
Verdaderamente en la terapia no se va a ninguna parte, estás y sigues estando aquí. No hay ningún viaje a ningún pasado. De hecho si podemos acceder a una experiencia es porque no ha pasado, porque de alguna forma aún está pasando. A nivel de la energía el Universo es atemporal y aespacial. Se trata de conectar con un archivo de la memoria del alma y acceder a la información que contiene, y entonces completar la vivencia consciente de la experiencia. Sólo cuando la vivamos completa y consciente la experiencia irá verdaderamente al pasado y ya no nos perturbará en el presente.
- ¿Y que pasaría si durante la terapia alguien se quedara en la vida pasada?
En la terapia no hay riesgo de que alguien se quede en una vida pasada. La persona está en esta vida, lo que ocurre es que una parte del alma está aferrada a una vida pasada y de lo que se trata es de que aprenda a soltarse. Si la persona está accediendo a una experiencia que terminó con la muerte, puede sentir mucha angustia porque revive el miedo que sintió en la experiencia de esa muerte. Pero sabe que está viva en el salón del terapeuta; aquí no está muriendo sino viviendo plenamente la experiencia pasada e incompleta de esa muerte.
- ¿Esta terapia se hace con hipnosis, no?
Algunos terapeutas, tal vez por su formación como psiquiatras, comenzaron con hipnosis. No es necesaria la hipnosis. Lo único que hay que hacer es traer a la conciencia física de aquí y ahora lo que siempre ha estado en el alma. No hay que buscarlo en el pasado, sino aquí en lo no-consciente.. La persona está consciente en todo momento durante la terapia.
- ¿Cómo se fragmenta el alma?
En la terapia de la regresión a vidas pasadas todo sucede como si el alma se pudiera fragmentar, quedando en cada fragmento la conciencia que de sí tiene la persona hasta ese momento. Cuando una experiencia es demasiado intensa o inesperada la persona suele perder la consciencia. Es como si una parte del alma se fragmentara y quedara atrapada ahí, en una especie de espera indefinida. Esa parte del alma no continúa su evolución, como si el tiempo quedara congelado, permanece con la conciencia que la persona tiene a esa edad. El resto del alma continua su evolución y es posible que ya tenga un nuevo cuerpo en una nueva vida.
- ¿Qué significa que una persona está en regresión?
Cuando el efecto es desproporcionadamente grande respecto a la causa aparente que lo origina, lo más probable es que esa no sea la causa verdadera. Hay personas que sienten pánico al ver una cucaracha, muchas sienten el mismo pánico aunque la cucaracha esté dibujada en un libro. Algunas personas valientes en situaciones difíciles sienten pánico a la oscuridad. Cuando una persona dice obsesivamente una y otra vez a lo largo del tiempo “no puedo más, tengo que salir de este agujero” todos sabemos que está empleando una metáfora, pero la pregunta es ¿por qué de las miles de metáforas posibles insiste en elegir ésta?. El terapeuta sencillamente da crédito a lo que expresa el paciente, no le dice que está loco y que debe dudar de su propia percepción. Acepta que lo que la persona dice es verdad para ella y le anima a que complete su imagen y la experiencia que conlleva. De alguna manera la persona está viviendo la experiencia de estar atrapada en un agujero. Y para ella no es algo que se está imaginando, sino que lo vive como algo muy real. La sensación es que la persona está en otro espacio-tiempo, que ella misma interpreta como pasado. Cuando la persona no está física, emocional y mentalmente aquí y ahora, en realidad está en regresión. Si aquí está el cuerpo, y las emociones y la mente están reviviendo una experiencia de su niñez, desde luego está más allí que aquí. Por eso decimos que está en regresión.
- ¿El trabajo que usted realiza es lo que se llama hacer una regresión?
Regresión es el estado en que se encuentra una persona que no acaba de vivir en el presente. Lo que yo hago es una actualización de la memoria del alma. Un trauma de la niñez, miedos infantiles y ancestrales, resentimientos ocultos, y otras causas hacen que la persona no se sienta bien en el presente, como si “algo” pudiera ocurrir en cualquier momento. Y aunque su cuerpo está aquí, sus emociones y pensamientos ( a veces obsesivos) parecen estar en otro sitio o en otro tiempo. La persona va a la consulta porque está en regresión. El trabajo es la terapia de la regresión.
- ¿Como funciona esta terapia?
Las experiencias no vividas plenamente hasta su culminación, quedan vibrando, y parte del alma queda conectada, identificada ahí. Le llamamos pasado pero en realidad están congeladas en el presente; sólo se hacen verdaderamente pasado cuando las vivimos completamente de forma consciente. Entonces la energía detenida queda liberada y se produce una pequeña iluminación, es decir, la supresión de una zona oscura para la conciencia. Comprender ayuda a sanar. De alguna forma las vidas pasadas están simultáneamente presentes, aunque no conscientes. Sólo las experiencias que son vividas completas y conscientes se convierten en pasado. Las experiencias que no son vividas conscientemente desde el principio hasta el final, en las que de alguna forma perdemos la conciencia, quedan inconclusas, vibrando en una especie de presente simultaneo, esperando ser completadas. Recordar solamente no es suficiente porque no hay cambio interno. Se trata de vivir ahora la experiencia completamente, no de forma incompleta como ya se vivió antes.
- ¿Por qué unos somos víctimas y otros verdugos?
El alma decide vivir las experiencias que necesita para su evolución. Cuando el alma decide vivir la experiencia de víctima suele ser porque quiere tomar conciencia del sufrimiento que ella misma cree haber causado a otros actuando como verdugo o agresor. Cuando el alma toma conciencia de que su acción no ha sido correcta, se arrepiente y siente la necesidad de redención. Para que no se le olvide a veces decide vivir la experiencia de víctima. Claro que cuando ya está aquí, viviendo su experiencia de víctima, la memoria cerebral no es consciente de las decisiones que tomó el alma. Y es posible que la víctima se sienta tan mal que se proponga en la siguiente vida actuar como verdugo. Esto se puede alargar mucho en el tiempo, hasta que el alma, ya cansada de oscilar de victima-verdugo-víctima decide trabajar conscientemente para salir de ahí. Para esto sirve esta terapia.
- ¿Hasta donde hay que llegar en ese proceso?
Es evidente que en una sesión terapéutica no se pueden “recorrer” todas las vidas en las que el alma vive experiencias de victima y/o de agresor. En realidad es suficiente con ir a la experiencia responsable de lo que ahora está viviendo como problema la persona. Y el alma sí sabe cual es esa experiencia responsable. Poco a poco nos vamos a ir dando cuenta que somos responsables de nuestra vida y corresponsables de la vida en general.
- ¿Cómo se programa la vida siguiente?
El último pensamiento de una vida se convierte en una orden o decreto para la vida siguiente. De ahí la frase de que “ahí donde pones tu mente, así será”. Los juramentos negativos ”me vengaré” o positivos “sólo te amaré a ti” las promesas realizadas a un familiar moribundo, programan la vida siguiente. Lo mejor para el alma es vivir conscientemente y morir conscientemente. Al comprobar que la muerte no es el final de nada, ni la solución de ninguna situación, se pasa el miedo a la muerte, y se supera el miedo a la vida.
- Entonces es muy importante el momento de la muerte.
Claro que es muy importante. En todas las religiones y culturas hay ritos funerarios para acompañar a la persona en los últimos momentos de su vida en este plano y los primeros momentos de su vida en el otro plano. El alma invierte un tiempo en desencarnar y requiere de serenidad para poder retirar su energía y su conciencia del cuerpo físico. Cuanto más consciente sea el tránsito al otro plano, mejor será el proceso de la próxima encarnación.
- O sea que también es muy importante el momento del nacimiento.
El alma trae planes y propósitos para esta vida. Y también viene con sus temores y expectativas. Sentirse esperada o rechazada, ya incluso durante la etapa fetal, y vivir de forma más o menos traumática el proceso del nacimiento, sientan las bases para esa vida. La experiencia del nacimiento puede reactivar sensaciones traumáticas de vidas pasadas. La vuelta del cordón umbilical alrededor del cuello puede hacer revivir al alma la experiencia de ahorcamiento, unos instantes de opresión puede activar la experiencia de asfixia.
- ¿Cómo decidió dedicarse a este tipo de terapia?
Desde pequeño pensé que lo que yo siento, lo siento, aunque los demás no sepan lo que es o no sientan lo mismo. Que el médico le diga al paciente que según todos los análisis realizados no tiene nada en el pie y por lo tanto no debe dolerle, es algo que el pie no entiende porque a la persona le sigue doliendo. Que el psicólogo le diga al paciente que no tiene motivos para estar deprimido no hace que le desaparezca la depresión. Que el padre y la madre le digan al niño que los fantasmas no existen y que lo que dice estar viendo no lo está viendo en realidad, no hace que el niño deje de ver lo que está viendo, sino que sencillamente se calla y no comparte lo que ve para que no le digan que está loco. Así que decidí dar crédito a lo que siento en igual medida que a lo que me dicen los expertos. Animado por lo bien que le había ido a personas conocidas, pedí cita a un médico que realiza terapia de vidas pasadas. Al terminar mi primera sesión como paciente le dije que yo quería formarme como terapeuta del alma.
- ¿Con quién se formó?
He tenido el honor de formarme con el Dr. José Luís Cabouli, un verdadero Médico del alma. En un taller llamado “Sanando las heridas del alma” vi trabajar al Dr. Cabouli. Su profundo respeto, su enorme paciencia y la forma en que expresaba amor incondicional, me parecieron y me siguen pareciendo la mejor referencia para ser un buen profesional.
- ¿Esta terapia sirve para solucionar todos los problemas?
Cuando conocemos una nueva terapia solemos creer que por fin hemos encontrado la panacea, luego nos damos cuenta de que tiene sus limitaciones. Yo sé que esta terapia funciona muy bien para resolver ciertos problemas y sé que otros problemas se resuelven muy bien con otro tipo de terapias. Si la persona ha tenido un accidente y se ha fracturado la cadera, seguramente lo mejor que puede hacer es ir a traumatología. Si una pareja no sabe comunicarse quizás les convenga ir a un sexólogo. Esta terapia funciona bien para superar miedos irracionales, falta de energía, reacciones agresivas injustificadas, repetición incesante del mismo tipo de experiencias, bloqueos emocionales, pesadillas, fobias, confusión, tristeza por la muerte de un ser querido, angustia, falta de ganas de vivir.
- ¿Es necesario creer en la reencarnación para hacer esta terapia?
No. Decimos terapia de vidas pasadas porque a la mente se presentan las imágenes y sensaciones como si fueran del pasado. Hay personas que dicen no creer en las vidas pasadas, que se trata de acceder a archivos de memoria que deben ser reformateados, otras que se trata de subpersonalidades que representan un “drama” para que la persona pueda hacerse consciente. Son distintas formas de explicar desde la mente. Esta terapia trabaja con el alma. Lo importante es la experiencia. Ya elaborará después la mente una interpretación a su medida.
- ¿Entonces la meta es traer al presente todos los fragmentos del alma que han quedado atrapados?
Así es. Nuestra identidad es muy difusa porque hemos perdido muchos fragmentos de alma por el camino. Con cada fragmento que recuperamos, nuestra identidad va siendo más nítida y definida. Cuando recuperemos todos los fragmentos de nuestra alma, vale decir de nuestra conciencia, percibiremos nuestra unidad. Eso es lo que desde siempre se ha denominado iluminación. La iluminación se produce cuando se ha situado el pasado en el pasado y la consciencia plena en el presente. La iluminación sólo se puede producir en el presente. Porque sólo aquí es que disponemos de todos nuestros vehículos de conciencia y manifestación.